y Juan Carlos Botero.
Y por sus puertas entraron 350.034 personas;
cerca de 40 mil más que el año
pasado. No había por dónde
caminar. Solamente el jueves festivo
por ser 1 de mayo, día del trabajo,
acudieron a la Feria 46 mil personas. En
la mayoría de las conferencias se
llenaron los auditorios, y en algunos casos
hasta hubo gente sentada en el suelo escuchando
a los autores.
Este año el país invitado
fue Holanda. Se realizaron lecturas de autores
holandeses entre ellos Arnon Grunberg,
Moses Isegawa y Carolina Trujillo, quienes
asistieron a la Feria, se proyectaron
películas de ese país, y se
presentaron los guitarristas Remco de Haan
y Erik Westerhof. También se exhibió
permanentemente en el Pabellón de
Holanda la muestra "Los grabados
de Rembrandt", del Ministerio de
Cultura.
Entre las actividades más llamativas
estuvieron la lectura sin interrupciones
del clásico "Las mil y una
noches", el homenaje al escritor
caleño Enrique Buenaventura, la presentación
del portafolio de convocatorias del Ministerio
de Cultura, y los lanzamientos de las obras
"El Paraíso en la otra esquina",
de Vargas Llosa, y "Reina de América",
de Nuria Amat.
Uno de los foros más interesantes
que se llevaron a cabo fue "'El
conflicto: ¿intervención de
los Estados Unidos o negociación?",
de Intermedio Editores, que contó
con la participación de los analistas
políticos Otty Patiño, Alfredo
Rangel, Bert Ruiz y Alejo Vargas, y fue
moderado por el periodista Mauricio Vargas.
Como de costumbre, los niños y jóvenes
fueron los principales asistentes. Para
ellos la Feria el Pabellón Rafael
Pombo, dedicado al público de 5 a
12 años, que ofreció talleres
creativos, lecturas y una biblioteca con
más de 3000 títulos; y el
Pabellón Juvenil, en el que hubo
talleres, conferencias y encuentros con
escritores. Además, el Instituto
Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá
estuvo promoviendo su programa Jóvenes
Tejedores De Sociedad, por medio de muestras
de música y danza y talleres artísticos,
entre otras actividades.
También hubo una interesante discusión
sobre la literatura infantil clásica,
en el cual participaron Carmen Barvo, directora
de la Fundación para el Fomento de
la Lectura (Fundalectura), y las escritoras
infantiles Irene Vasco (de Colombia) y Desirée
Correa (de Aruba). Algunos escritores y
pedagogos opinan que cuentos como "Caperucita
roja" y "Pulgarcito"
contienen demasiada violencia para ser leídos
por niños de muy corta edad y además
se han vuelto "obsoletos" con
el paso del tiempo. Otros argumentan que
este tipo de literatura responde a la tradición
oral de los pueblos, y que además
refleja los miedos y las preocupaciones
de los niños.
El tema que acaparó la atención
de los medios de comunicación y
que puso en evidencia la superficialidad
de éstos fue el de las críticas
por parte de Sontag y Vargas Llosa a Gabriel
García Márquez por guardar
silencio frente a los recientes abusos contra
los Derechos Humanos cometidos por el régimen
de Fidel Castro en Cuba. El asunto se salió
absurdamente de contexto, e incluso hubo
protestas de grupos partidarios de la administración
cubana, que abuchearon al escritor peruano
cuando se encontraba firmando libros. Sin
embargo, el vergonzoso suceso no logró
opacar de ninguna manera el éxito
rotundo de la Feria.
Cada año es más la gente
que acude a ese templo de la cultura y el
entretenimiento que es Corferias en los
días que alberga a la Feria del Libro.
Ahora los dueños de la Feria son
los propios lectores. Todo esto nos conduce
a la alentadora conclusión de que,
a medida que crecen la calidad y la tradición
de la Feria, crece el interés de
la gente por el saludable placer de la lectura.
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