sinfónica, para rescatar del olvido
una importante porción de la cultura
musical de Colombia.
Después de "La caderona"
viene "Golpe negro", un
chandé acompañado por la guitarra
eléctrica de Chucho Merchán
encargado de la mayor parte de los
arreglos y de la producción del disco,
y luego sigue la "Declaración
del bizco", una pegajosa cumbia
que trae a la memoria a "Mi bombón",
la canción que hizo popular a Cabas.
Enseguida llega "Bolita de trapo",
uno de los mejores temas del disco: al comienzo
la voz de Cabas va acompañada únicamente
por los teclados y las percusiones que marcan
el paso del bullerengue, y después
entran las baterías y la guitarra
de 'heavy metal', junto con la voz del español
Enrique Bunbury. "Verás que
mi corazón no es una bolita 'e trapo,
porque con él te quiero, ¡y
yo te quiero tanto!", cantan a dúo
los artistas. Cualquiera que no sepa que
Bunbury nació en Zaragoza puede pensar
fácilmente al oírlo cantar
que se trata de un costeño de pura
cepa.
El quinto corte es el que le da título
al disco. En "Contacto"
Cabas se pone en el plan de romper todos
los esquemas algo similar a lo que
hizo en su primer disco con "Tu
boca". Y lo vuelve a conseguir.
El resultado es imposible de etiquetar:
no es una balada pop, ni un porro, ni una
pieza de música electrónica,
pero a la vez tiene un poco de todo lo anterior.
Siguen "Patasarriba",
un entretenido porro que lo hace sentir
a uno en una fiesta de papayera, con los
músicos vestidos de sombrero vueltiao
y ruana de rayas rojas y blancas; "Adentro",
una cumbia que suena a blues y a rock clásico;
"Arrastraíto", otra
cumbiamba con sabor a 'hip-hop', y "Confía",
un bullerengue optimista para cantar en
estos tiempos difíciles: "Sientes
que todo va mal, muy mal, y no sabes cuándo
es que esto va a cambiar, y no sabes mañana
qué pasará... sólo
confía, nunca dejes de confiar."
Luego llega "La conquista",
que en términos musicales es quizá
la mejor canción del disco. Con la
participación de la Orquesta del
Teatro Colón de Buenos Aires, Cabas
crea una verdadera joya musical en que las
cuerdas y los vientos acompañan de
forma impecable el paso de cumbia.
Y cuando termina "La conquista"
se escucha una voz áspera que dice:
"Yo soy Paulino Salgado, Batata, de
la sangre negra..." Suenan los tambores
y las palmas, y la potente voz de una cantadora
lo transporta a uno inevitablemente a San
Basilio de Palenque o a cualquier pueblo
del litoral pacífico colombiano.
Batata toca el tambor alegre de forma magistral
y acompaña a Cabas en los coros.
Se trata de "Puerco jabalí",
una de las innumerables canciones populares
de la cultura afrocolombiana. Maravillosamente
estremecedora.
Después vienen "Monocuco",
una especie de canción de discoteca
acompañada por tambores de bullerengue,
"El peregrino", basada
en "El peregrino costeño"
de Eduardo Cabas padre de Andrés,
"Cosa sabrosa", una cumbia
con ritmo similar al de "Declaración
del bizco", y "Machuca",
una pieza que arranca como un porro suave
y luego se convierte en un rápido
chandé con un excelente solo de tambores.
Y finalmente, para cerrar con broche de
oro, Cabas nos regala "Primer amor",
que canta acompañado únicamente
por su piano. Es una balada tranquila con
un ligero sabor a cumbia en el fondo.
"Contacto" es indudablemente
una de las mejores producciones discográficas
de los últimos años. El aporte
de Cabas a la cultura musical de nuestro
país es inmenso: si hoy en Colombia
se oye el sonido de una gaita o de un tambor
alegre tanto en las emisoras 'play' como
en las cadenas de 'chucu-chucu', se debe
en gran parte a la música de este
joven barranquillero. A sus 24 años,
Cabas ya ha hecho mucho por Colombia, y
sin duda seguirá haciéndolo
por mucho tiempo.
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