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Principal > Columnas > Deportes > Semana del 4 al 10 de agosto de 2003

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Con un ojo en el título.

Por: Juan Diego Prieto Sanabria.


Juan Pablo Montoya/Largada en Hockenheim

A mediados de la semana pasada, antes de que se prendieran los motores para el Gran Premio de Alemania, los chismes empezaron a correr por la Fórmula 1, como suele ocurrir cada año por esta misma época.

Se decía que Juan Pablo Montoya dejaría el equipo BMW Williams al final de la temporada, y que correría el próximo año para McLaren, en donde reemplazaría al escocés David Coulthard, quien pasaría a la escudería Jaguar a ocupar el puesto del australiano Mark Webber, quien a su vez reemplazaría a Montoya en Williams. Pero ahí no terminaba el enredo: también se dijo que el colombiano tenía ofertas de Toyota, y que Renault también estaba interesado en sus servicios.


Y no bastó con que Montoya negara los rumores y recordara que su contrato con Williams va hasta el final de 2004; algunos medios de comunicación hasta afirmaron que el colombiano ya había firmado con McLaren. El chisme sólo dejó de hacer ruido cuando este equipo anunció que no cambiará sus pilotos para el próximo año. Y luego se evaporó —al menos por ahora— gracias a la gran lucida de Montoya en la carrera.

En la clasificación del sábado el colombiano se había quedado con la 'pole' —por primera vez en este año—, tras marcar un tiempo de 1 minuto, 15 segundos y 167 milésimas —18 milésimas menos que su compañero de equipo, el alemán Ralf Schumacher, quien fue segundo—.

Pero lo mejor del fin de semana todavía estaba por llegar. A las 2:00 p.m. (hora local de Hockenheim) se dio la vuelta de formación, y luego los carros volvieron a sus posiciones en la grilla para la largada. Los semáforos se apagaron, y Montoya arrancó en limpio, pero detrás de él Ralf Schumacher, el finlandés Kimi Raikkonen, y el brasileño Rubens Barrichello protagonizaron un aparatoso accidente que los dejó fuera de carrera a los tres.

Cinco vueltas más tarde, Montoya ya llevaba varios segundos de ventaja sobre el italiano Jarno Trulli, de Renault, quien ocupaba la segunda posición. En la vuelta 16 el colombiano hizo su primera parada en pits, y los otros pilotos de punta lo siguieron. Montoya siguió en la punta, y por cada vuelta que avanzaba les cogía casi dos segundos a sus rivales.

Cuando hizo su segunda parada le llevaba más de 25 segundos a Trulli, y antes de detenerse por tercera y última vez —en la vuelta 49— tenía un margen de casi un minuto con respecto al italiano, quien corría bajo la presión del alemán Michael Schumacher. En la vuelta 60, faltando siete para terminar la carrera, Schumacher pasó a Trulli por fuera de la línea de carrera. Y cuatro giros más tarde vio las consecuencias: una de sus llantas se pinchó, y después de ingresar a pits quedó relegado a la séptima posición.

En las tribunas se veía la decepción. Con la excepción, claro, de los rincones en donde unas cuantas banderas colombianas ondeaban en medio del mar negro, amarillo y rojo que apoyaba a los Schumacher. Allí estaban los seguidores de Montoya, unos vestidos con la camiseta de Williams y otros con la de la selección de fútbol, haciendo fuerza para que todo saliera bien en las vueltas que faltaban.

Y finalmente pudieron celebrar cuando Montoya cruzó la meta y vio la bandera a cuadros. El piloto bogotano levantó su mano derecha y agitó el puño. David Coulthard cruzó la meta en segundo lugar, seguido por Trulli, un minuto y cinco segundos después de Montoya.

Momentos más tarde, el colombiano se encontraba en el escalón más alto del podio. Sobre su cabeza colgaba la bandera de nuestro país, ondeando como al compás de las notas de nuestro Himno Nacional. Montoya levantó los brazos, con los puños apretados, y resumió su emoción en una sonrisa de ganador que registraron las cámaras de la prensa alemana.

Con la victoria, Montoya quedó a sólo seis puntos de Michael Schumacher en la clasificación general, y con un ojo en el título del campeonato. Sin embargo, en las cuatro carreras que quedan —Hungría, Italia, Estados Unidos y Japón— puede pasar prácticamente cualquier cosa. Y hay que recordar que Raikkonen apenas está a tres puntos de Montoya y que, matemáticamente, Ralf y Barrichello todavía tienen opción de ganar.

Tal vez la mayor ventaja con que cuenta Michael Schumacher es que seguramente Barrichello trabajará para él en las carreras que vienen. Es muy poco probable —para no decir imposible— que Ralf se baje de su ego y ayude a Montoya, y mucho menos que se monte al carro pensando en trabajar para su equipo y no para su familia. Habrá que ver qué medidas toma Williams con respecto a este tema.

En todo caso, Montoya tiene grandes posibilidades de alcanzar el título. Obviamente no será fácil, pero el colombiano tiene un carro que cada vez se muestra mejor, así como talento y verraquera de sobra para ser campeón. Esto último lo viene demostrando carrera tras carrera desde cuando se subió por primera vez a un kart.

 
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