Este año
el Mundial estaba planeado para agosto, pero
fue aplazado debido a la epidemia de neumonía
atípica (SARS) que se presentó
en China, país que acogería
a las delegaciones de todo el mundo para el
evento. Finalmente el lugar escogido para
la realización del campeonato fue la
ciudad venezolana de Barquisimeto, la cual
recibió con los brazos abiertos a los
mejores patinadores en línea del mundo
del 1 al 9 de noviembre.
A pesar de que las expectativas para Colombia
eran grandes, las bajas de Diego Rosero,
Jorge Andrés Botero, Juan Carlos
Betancur y Silvia Natalia Niño y
el pobre desempeño de la delegación
de patinaje en los Juegos Panamericanos
de Santo Domingo también habían
sembrado muchas dudas. La ausencia de Rosero,
Botero, Betancur y Niño se debió
a que no pudieron presentarse al proceso
de selección realizado semanas antes
del mundial por encontrarse en compromisos
con sus equipos.
Pero las dudas se fueron disipando poco
a poco a partir del primer día de
competencias, en el que los patinadores
nacionales comenzaron a ganar medallas.
Las primeras preseas de oro llegaron al
día siguiente gracias a las victorias
de Kelly Martínez en las pruebas
de 15.000 metros eliminación y 10.000
metros combinada. Y luego la 'Chechi' Baena
logró un récord mundial tras
adjudicarse tres títulos en un solo
día algo que nadie había
logrado en la historia de los mundiales
de patinaje.
Enseguida vinieron las competencias en
ruta, llevadas a cabo en el circuito anexo
al patinódromo Pedro León
Torres de Barquisimeto, y en las cuales
se volvieron a lucir los colombianos. Baena
ganó dos pruebas, mientras que Martínez
y Jennifer Caicedo consiguieron una medalla
de oro cada una, y el equipo femenino juvenil
de relevos se adjudicó el título
en los 5.000 metros.
Faltando sólo la jornada de clausura,
durante la cual se llevarían a cabo
las maratones en cada categoría,
los resultados del Mundial quedaron definidos
puesto que los títulos se definen
por puntaje y no por medallería.
Con un total de 892 puntos, Colombia se
quedó con el título mundial
juvenil, venciendo a Estados Unidos por
76 unidades, y terminó tercera en
la clasificación de mayores, con
890 puntos. El campeón de mayores
fue Italia (1006 puntos), y el subtítulo
le correspondió a Estados Unidos
(1048 unidades).
Pero fue en la maratón del 9 de
noviembre, más específicamente
en la categoría juvenil femenina,
que la Selección Colombia de patinaje
demostró todo su potencial. Nadie
pudo arrebatarle la victoria a la 'Chechi',
quien dejó atrás a todos sus
rivales en el remate final para quedarse
con su sexta medalla de oro en este Mundial
y la última de su carrera como
juvenil, ya que el próximo año
estará en mayores. Y a ella
le siguieron Kelly Martínez, Liana
Holguín y Carolina Upegui. Por segundo
año consecutivo Colombia dominó
los cuatro primeros puestos de la maratón
final.
Sería absurdo negar que Rosero,
Botero, Betancur y Niño hicieron
falta en Barquisimeto; si hubieran estado
presentes, con seguridad la actuación
de Colombia habría sido aun mejor
de lo que fue. Pero el desempeño
de quienes compitieron fue muy satisfactorio;
y, además, fue posible identificar
figuras que sin duda tendrán un papel
importante en el futuro del patinaje nacional,
como Jersy Puello, Viviana Herrera, Camilo
Orozco, Andrés Felipe Muñoz
y Jorge Luis Cifuentes.
A partir del próximo año
Cecilia Baena y Kelly Martínez pasarán
a competir en la categoría de mayores.
Ambas se despidieron de la categoría
juvenil de la mejor manera: la 'Chechi'
fue reconocida como la mejor patinadora
del Mundial por la Federación Internacional
de Patinaje, y Kelly demostró tener
un gran futuro por delante. Teniendo en
cuenta sus excelentes trayectorias como
juveniles ambas están patinando
desde que tenían 12 años
lo más seguro es que se adapten con
facilidad a competir al lado de las mejores
patinadoras del mundo y sigan entregándole
triunfos a Colombia.
Lo más importante para el próximo
año es que la Federación Colombiana
de Patinaje organice mejor los preparativos
para el Mundial de Italia programado
para agosto o septiembre para que
no se repita el cruce de fechas que ocasionó
la ausencia de Rosero y los demás.
De esta forma nuestra Selección podrá
sacarle todo el jugo a su potencial y, por
tercer año consecutivo, dejar una
huella imborrable en la historia del deporte
de nuestro país.
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