Y de ahí
en adelante el colombiano no se bajó
del podio en siete carreras consecutivas:
fue segundo en los Grandes Premios de Europa,
Francia, Inglaterra e Italia, tercero en Canadá
y Hungría, y se quedó con una
aplastante victoria en Alemania la tierra
de los Schumacher.
Luego de esta victoria la opción
de luchar por el título se volvió
más grande que nunca. Y después
de la carrera de Italia, con sólo
dos pruebas por delante, Montoya se ubicaba
segundo con 79 puntos a tres de Michael
Schumacher, y con cuatro de ventaja sobre
el finlandés Kimi Raikkonen.
Como puede imaginarse, las expectativas
eran inmensas.
El 28 de septiembre las tribunas del autódromo
de Indianápolis estaban llenas de
banderas colombianas. Era el Gran Premio
de Estados Unidos, y Montoya corría
prácticamente de local. Se clasificó
cuarto, y por lo tanto arrancó por
el lado sucio de la pista. Y de la misma
forma como les había ocurrido en
Hungría a él y a su compañero
de equipo Ralf Schumacher, el colombiano
perdió varias posiciones y fue a
parar al séptimo lugar.
Mientras Montoya intentaba recuperar los
puestos perdidos, la lluvia empezó
a caer sobre la pista donde hace tres años
el colombiano conquistó las 500 Millas
de Indianápolis. Montoya intentó
sobrepasar al brasileño Rubens Barrichello,
compañero de Michael Schumacher en
Ferrari, pero sus carros se tocaron y Barrichello
quedó fuera de competencia.
A raíz de este incidente, los comisarios
penalizaron al colombiano obligándolo
a atravesar la línea de pits sin
detenerse un "drive-through penalty".
Montoya perdió dos vueltas con respecto
a los líderes, y aunque logró
alcanzar al italiano Giancarlo Fisichella
para terminar en sexta posición,
perdió toda opción de ganar
el campeonato, ya que Michael Schumacher
ganó la carrera y le tomó
diez puntos de ventaja en la clasificación
de pilotos. Aunque Montoya ganara la siguiente
carrera y Schumacher no marcara puntos,
quedarían empatados y el alemán
ganaría por haber conseguido más
victorias que el colombiano.
La decepción y la rabia de Montoya
se notaban a leguas. De no haber sido por
la penalización indudablemente
injusta, pues lo que ocurrió no fue
más que un incidente de carrera común
y corriente, el sueño del campeonato
seguiría en pie.
Sin embargo, no todo estaba perdido todavía:
si el colombiano y su compañero de
equipo hacían un buen papel en el
Gran Premio de Japón, BMW Williams
podría coronarse campeón de
constructores. Por eso Montoya llegó
a Japón listo para hacer cualquier
cosa por ganar y sin nada que perder.
El colombiano se clasificó segundo
y antes de finalizar la primera vuelta ya
había sobrepasado a Barrichello,
quien partió desde la 'pole'. Pero
cuando completaba nueve vueltas en la punta,
el carro falló y Montoya tuvo que
retirarse. Ralf Schumacher terminó
por fuera de los puntos, y el título
de constructores fue para Ferrari. Y Michael
Schumacher se coronó campeón
de la Fórmula 1 por sexta vez, con
lo cual se convierte en el piloto con más
títulos de la historia de la categoría.
El subtítulo fue para el finlandés
Kimi Raikkonen, quien terminó la
carrera de segundo, y Montoya se quedó
con el tercer lugar por segundo año
consecutivo. Aunque hay que reconocer que
el resultado final fue decepcionante, y
que seguramente no habría sido así
si las dos últimas carreras no hubieran
sido tan desastrosas, también hay
que decir que el balance general para Montoya
es muy bueno.
Y si el carro está a la altura,
el próximo año las posibilidades
de alcanzar el título serán
mucho mayores. La experiencia que ha acumulado
el colombiano a lo largo de las tres temporadas
que lleva en la Fórmula 1 será
un factor de gran importancia: si este año
cometió algunos errores de manejo,
lo más seguro es que en 2004 esto
deje de ocurrir.
Aunque también se puede esperar
que Kimi Raikkonen y el español Fernando
Alonso desempeñen papeles importantes,
hasta el momento el único que ha
demostrado no tenerle miedo de ninguna clase
a Schumacher y ser capaz de correr rueda
a rueda con el alemán es Montoya.
Y aunque es absurdo empezar a hacer previsiones
cinco meses antes del inicio de la nueva
temporada, podemos estar seguros de que
2004 será otro año lleno de
emociones en la Fórmula 1, y que
una buena parte de éstas tendrá
como protagonista a Juan Pablo Montoya.
Gracias, Juan Pablo, por darnos tantas
alegrías, por dejar en alto el nombre
de Colombia carrera tras carrera, y por
demostrarnos que todos podemos poner de
nuestra parte por una Colombia mejor.
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