con sólo cuatro golpes sobre el
par y un puntaje final de 580.
Villegas, quien actualmente juega para
la Universidad de Florida en el circuito
universitario estadounidense y es considerado
el mejor golfista colombiano de la actualidad,
finalizó quinto, con dos golpes bajo
el par del campo. Merizalde, por su parte,
quien ahora se conviertirá en profesional,
terminó en la casilla 21, con 7 golpes
por encima del par, mientras que el debutante
Rodríguez finalizó en el puesto
57 con 25 golpes sobre el par.
Por otro lado, en la Copa Espirito Santo
(versión femenina), el equipo colombiano
demostró estar también en
muy buenas condiciones, tras quedar por
encima de equipos como Francia, Argentina
y Holanda, con un puntaje final de 593,
y 9 golpes sobre el par.
En la clasificación individual,
la antioqueña Carolina Llano finalizó
en el puesto 21, con 5 golpes por encima
del par, mientras que Cristina Baena y María
Catalina Marín terminaron respectivamente
en las casillas 30 y 52, con 7 y 16 golpes
sobre el par.
El balance general de la participación
de Colombia en este campeonato es excepcional.
Con sólo haber logrado terminar el
torneo, Colombia hizo una excelente labor,
ya que por motivos de seguridad, a causa
de las condiciones climáticas del
pasado domingo en Kuala Lumpur, los organizadores
decidieron restringir el acceso a los campos
a los equipos que aún contaban con
posibilidades.
Y con el quinto puesto de Villegas, y los
respectivos octavo y duodécimo lugares
de los equipos masculino y femenino, este
campeonato pasa a la historia como uno de
los más importantes del golf nacional.
De hecho, lo logrado por las representaciones
colombianas en Malasia superó lo
conseguido hace dos años en Alemania,
cuando Óscar David Álvarez
terminó en la octava casilla y el
equipo masculino finalizó duodécimo.
Sin duda alguna, el nivel del golf colombiano
ha mejorado increíblemente en los
últimos años, y no parará
de hacerlo. A pesar de que la importancia
que le dan los medios de comunicación
nacionales a este deporte es mínima,
nuestros golfistas han ido, poco a poco
y con grandes dosis de talento y esfuerzo,
abriéndose paso entre los mejores
del mundo.
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